Nunca había matado a alguien,
Todo lo respetaba o al menos lo intentaba,
Pero él, si, él, ya me había matado antes.
Un dia mientras charlábamos lo miré fijamente, siempre me han gustado sus ojos, su mirada, su pose oculta en la pupila.
Le decía, sin que lo oyera obvio esta, que algún dia lo mataría, que no sabia como lo haría, pero que algún dia iba a pasar.
Una noche de luna vieja tuve una idea, enamorarlo, después besarle, después llevarlo a la cama y por fin matarlo.
No sería fácil, digo, él ni siquiera me mira, mi cuerpo con grietas y manchas no es amplia mente amigable a la vista de nadie, pero eso no importó. No importa. Te voy a matar.
Caminabas por esa avenida. Luego corrías hacia tu calle. Por fin llegaste a casa. Tú refugio. Te mente. Tú imaginación. Tú música. Tus libros.
Siempre te observe, desde hace unos años, desde ese pirul con gusanos y moscas; de hecho allí di mi primer beso, a la tierra cabe aclarar, pues caí de una rama del árbol y mis labios besaron la tierra seca.
Eso no importa, la hora había llegado. Toque el timbre de tu casa, abriste la puerta y me barriste con tu mirada de asco de pies a cabeza. No me intereso.
Me invitaste a pasar, me ofreciste un vaso con agua. Todo un caballero.
Me acerqué a ti, tu,no dijiste ni hiciste nada. Me acerqué mas. Saque el cuchillo y justo cuando iba a hacerlo te moviste. Que rabia.
De nuevo lo intente, pero esta vez de pie. Me puse a tus espaldas y, sin meditarlo, te enterré el cuchillo, si, primero tu carne, después tu sangre y por fin, si, por fin, tu alma.
Caíste al suelo,te volteé, y te bese.
Por fin. Te mate. No de la forma mas creativa pero te mate. Después de todo lo único que quería de ti era un beso. Era probar tus labios carnosos y rosados. Era excitarme. Era gustarte.
0 comentarios:
Publicar un comentario